jueves, 16 de julio de 2009

Policía, se prohíbe escribir

"El ser humano, por naturaleza, es reticente a los cambios, se aferra a lo que tiene y le teme a lo que pueda recibir a cambio"

Durante el periodo 2000-2004, el Conare presentó un ante proyecto de ley de reforma a la entonces vigente ley Orgánica de la Policía Nacional, dentro de un amplio plan de reforma de diversas instituciones del Estado, contando con el auspicio de la Unión Europea.

Ese anteproyecto fue presentado al Ejecutivo y a las partes integrantes del sub sector de seguridad ciudadana y finalmente introducida al Congreso de la República, aprobada y promulgada por el Ejecutivo.

Mayúscula fue la sorpresa para los que participamos en la conformación del referido proyecto al comprobar que lo aprobado no se compadecía con las propuestas originales.

La Policía Nacional de todas las sociedades organizadas del mundo son de carácter civil, sus miembros son empleados civiles, con derechos civiles y acogidos a los dictámenes de las leyes. Como integrantes de un sistema, pueden ser municipales, rurales, o federales, en el caso de estados federados. También existen cuerpos policiales técnicos como la Policía Técnica Judicial, los Cuerpos Policiales especializados en Vicios, o especialistas investigadores a partir de la escena del crimen, en los casos de muertes criminales.

El cuerpo policial dominicano es una herencia de la invasión norteamericana del 1916, abonado por la mente torcida del tirano Rafael L. Trujillo. Esa fuerza represiva sirvió de soporte a los treinta años de gobierno dictatorial, enjugado en sangre y fuego, aterrando a la población de manera tal que generó un síndrome en los dominicanos, síndrome que aun subyace en nuestra sociedad.

Sin embargo, sus ínfulas militaristas nacieron en la convulsiva transición de la tiranía de los Trujillos, a los gobiernos defectos, anormales e hipócritas que precedieron a los gobiernos “democráticos”. Y se sucedió dado el poder de la personalidad del entonces Jefe de la Policía, General Belisario Peguero, que a usanza de presión, algunos le llaman chantaje, exigió del gobierno de facto de turno armamentos típicos de un cuerpo militar, y posteriormente, se arrimaron a lo que significaba Fuerzas Armadas, es por ello que el Presidente y el Secretario son jefes de las Fuerzas Armadas y la “Policía Nacional”, de igual manera en su momento le tocó ser el apellido del Hospital de las Fuerzas Armadas y del Instituto Social de las Fuerzas Armadas.

El proyecto de ley referido, le daba un carácter civil a la Policía Nacional estableciendo la dirección civil de la Policía Nacional además de la jefatura policial en un policía de carrera; eliminaba el floreo; el saludo militar; el régimen disciplinario militar; modificaba los rangos, creaba las garantías operativas a la luz de los derechos ciudadanos, normaba horarios de trabajo, escala salarial digna, y otras tantas modificaciones que se deben hacer, de suerte que este cuerpo se convirtiera en un sistema confiable de hombres dedicados a la seguridad ciudadana, además de ir borrando esa estigma de país bananero que nos lleva marcado para hacer reír a muchos.

Después de estas remembranzas debemos considerar el motivo de estos comentarios, el todavía latente sainete que acabamos de asistir en el que la conclusión es “que fácil se tira por la borda el dineral que cuesta formar un profesional, en este caso policial, por simples periquitos, típicos del estancamiento que vivimos, por demás, aldeanos con ínfulas de citadinos”.

Y lo que mas nos llama la atención es que entre reportajes y noticias del “atrevimiento” y sus resultados del General dejado sin empleo, se cuela una noticia con video y todo, de policías bajo las ordenes de oficiales irrumpir en comunidades de Santiago, hiriendo y apresando a parroquianos sentados en caminos y veredas. Hiriendo tal vez por coincidencia de un tiro en la rodilla a uno de los jóvenes, tal vez por feo y pobre, sin que esto sea su culpa.

También llegaron noticias de la agresión a una parvada de jóvenes que pernotan en las inmediaciones de Gonzalo en protesta contra la instalación de la cementera, con un balance de encarcelamiento de la totalidad de los jóvenes capitaleños y locales, incluyendo las caricias típicas a que nos tienen acostumbrados policías y militares cuando se despliegan.

Y nos preguntamos ¿Qué le hace más daño a la imagen de la institución policial, las verdades del ex-policía siquitrillado, o la actuación salvaje en contra de la ciudadanía de los cancerberos que operan también bajo las órdenes del ciudadano jefe de la Policía?

Al parecer, es difícil para las autoridades de la seguridad pública entender que las protestas de las comunidades son en demanda de las obligaciones de los gobernantes, y que antes de una molestia, debieran considerarlas una colaboración de la ciudadanía.

¿Por qué no hacer la prueba y cuando las comunidades inicien protestas por demandas de servicios, enviarles otra fuerza anti motines, esta integrada por el gobernador de la provincia, el síndico, los regidores, legisladores, los jefes militares sin aspavientos guerreristas, las autoridades religiosas, lideres comunitarios, los bomberos, los de la Defensa Civil, y otros tantos munícipes, y ponerle atención a las comunidades?.

No hay nada mas irritante para el ser humano que la impotencia ante el sufrimiento; de igual forma no hay nada mas estimulantes para el ser humano que sentirse importante, y si las autoridades tienen un empleíto en estos tiempos de crujía, por lo menos justifíquenlos ante los ciudadanos que votan para llevarlos al poder, y tributan para pagarles el sueldo aunque no trabajen, no lo merezcan.

¡Gánenselos fácil, pero por lo menos no nos maltraten, ayantennos!


1 comentario:

  1. Bill Rod. me parace muy bine este articulo. Y estoy 100% de acuerdo con lo expuesto. Ayer me quede atonito (nuevamente); ante el sufrimiento de una madre en la television llorando amargamete la perdida de un hijo por manos de las fuerzas policiales del pais. Da pena y hasta verguenza que en estos tiempos en que estamos (Siglo 21) todavia el cuerpo del orden Dominicano sea todavia un cuerpo represivo que cuando se activa sea para maltatar y disparar a mansalva contra el pueblo cuando esta ejerciendo su derecho de protestar.
    Estoy de acuerdo con el orden, y con la vida en civilidad, si bien es cierto que hay desordenes tambien hay formas civilisadas de poner orden, y repito forma civilisadas.
    La forma en la cual las autoridades policiales se estan comportando es de la misma manera que si estuvieramos nuevamente en los anos 80 cuando yo me desarollaba como joven, estudiante y temeroso de salir a la calle por que anuque estabomos encaminados por buen camino temiamos que dona bella ( El jeep de la policia), nos recogiera en la calle y tuvieramos que pasar el mal rato de tener que pasar la noche o fin de semana tracados para depuracion.

    Que pena da que estemos nuevamente con este temor.
    Policia enternada gran anhelo...........en la Rep Dom. habria que verlo.

    Buen trabajo.

    Randy Dominguez.

    ResponderEliminar