domingo, 8 de agosto de 2010

¡El precio de la Ignorancia!

Este gobierno está tan maleado que se le puede acusar de todo. Es tan beneficiado por la ignorancia de la mayoría y por el parasitismo de la mediocridad pensante, que se jacta de los espasmos positivos que vivimos.

Un gobierno que en cuatro años ha dispuesto de mas de un trillón de pesos (por si usted no lo ha visto escrito RD$3,000,000,000,000.00) y no ha podido presentar, muchos menos iniciar un plan para solucionar el problema de la falta de energía eléctrica; el problema de la pésima calidad de los servicios médicos; los vergonzosos resultados del programa de educación básica pre universitaria; la creciente criminalidad en todas sus modalidades, incluyendo el micro-tráfico aquel; el déficit habitacional, tanto en cantidad como en calidad; la depredación de los ríos causada por sus acólitos; el caos del transporte de pasajeros; las condiciones sanitarias de ciudades imposibles; la desaparición de la producción del hombre del campo; pero tampoco ha podido aplicar los principios de su otrora líder, de servirle al pueblo mejorándole su escala salarial.
Debemos decir que lo antes expuesto son líneas gruesas de lo inverosímil de una gestión sustentada por mentiras, violaciones a las leyes, prevaricación, autocratismo, compra de voluntades, y otras lindezas. Han envilecido a esta sociedad.

Sin embargo, se le reconoce como positivo el haber mantenido la estabilidad macroeconómica, aunque para ello haya llevado de 80 mil millones de pesos, la desmonetización en nuestra economía, a unos 200 mil millones de pesos, aumentando así la deuda interna. También han tenido que recurrir a la indolencia, ante la circulación de cientos de millones de dólares de procedencia desconocida, según lo hacen figurar en los estados financieros del Banco Central, de suerte que la presión del peso adquiriendo dólares no genere alzas en la prima de cambio.

También se ufanan de la gran cantidad de productos del agro en el mercado de consumo, pero no dicen que los campesinos han ido desapareciendo después de que fueron abandonados por el Gobierno como resultado de la política oficial al declarar este modelo como vencido, y que aunque hay abundancia de estos rubros, la principal razón es de que la capacidad de compra de los consumidores está tan reducida que apenas compran lo indispensable.

Algo gracioso resultan las declaraciones sobre la creación de puestos de empleos. Cuando todos sabemos que al ser declarada la producción de textiles en las zonas francas como modelo insostenible, se perdieron miles de empleos, siendo estos operarios de escasa preparación, obligándolos a incorporarse al medio informar como buhoneros, motoconchistas, etc.

Cuando citamos que es risible la declaración del aumento de empleos, se debe a que las autoridades cuantifican como puestos de trabajos creados los antiguos operarios de zona franca y campesino que “se la buscan” vendiendo cualquier cosa de manera ambulante, o en una esquina cualquiera, sin importar la imposibilidad de controlarlos, no tributan, no tienen seguridad social, y mucho menos capacidad de planificar un mejoramiento en su calidad de vida, ya que no califican como objetos de crédito.

También son afortunados porque no obstante las evidencias de tantas inconductas, violaciones a las leyes, mentiras y falsedades, actos de corrupción, nepotismo, trafico de influencia, depredación de los recursos naturales, entrega de los bienes del Estado a extranjeros, sospechas de contubernio con el narcotráfico de funcionarios y oficiales, dadivas alegres, picazos y vedetismo de la prole, sectores que ayer se rasgaron las faldas en acusaciones mendaces contra pasadas administraciones, hoy se han engullido la viperina, en franco apoyo a la delincuencia y a la criminalidad.

Unos en agradecimiento a la ración del boa, otros, en preservación de los emolumentos que se originan en Palacio, aunque provengan de las arcas del Estado. Por algo el grito de guerra: ¡Aquí, nos maleamos todos, y que viva la pepa!

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