viernes, 27 de agosto de 2010

Esperanzas del pobre

El Dr. Leonel Fernández Reyna ha magnificado su presidencia ocupando un espacio en el liderazgo internacional entre los dirigentes de las naciones del nuevo mundo. Su presencia en los foros internacionales, y su aceptación como mediador en búsqueda de soluciones en eventos que afectan países vecinos, es un claro reconocimiento al esfuerzo que él ha desplegado en la consecución de metas personales y otras de interés social.

Aunque la mayoría de los dominicanos no saben explicar de qué forma este liderazgo ha beneficiado a la sociedad dominicana en su conjunto o sectorial, no tiene reservas en reconocer la importancia de la presencia internacional del liderazgo del presidente dominicano.

Logros de ese liderazgo podemos destacar los beneficios de Petrocaribe, pero que no obstante sus bondades, la sociedad dominicana no ha disfrutado de esas bondades, peor aun, sufrirá el perjuicio de pagar una deuda por un dinero del que no bebió ni comió. No ha recibido beneficios porque el pago diferido no ha sido reflejado a los precios de venta de los combustibles, como sucedió en Bolivia o Ecuador; y como se estila en estos tiempos de transparencia y participación, nadie sabe en qué el Gobierno ha gastado el dinero recibido por la venta en efectivo al mercado consumidor.

Tampoco hemos percibido los beneficios del Tratado de Libre Comercio, lo que sí escuchamos a diario es la pugna entre productores y la mafia de políticos y mercaderes que se benefician con las autorizaciones para la importación de rubros agrícolas, muchos de ellos se limitan a vender sus “permisos” ya que desconocen el comercio internacional, mientras los productores nacionales viven la incertidumbre de los precios sujetos a los efectos de ofertas mayores que las demandas.

Como buenos cristianos, alberguemos la esperanza de que un día el presidente llegue de uno de esos periplos internacionales y nos sorprenda con un discurso contundente anunciando la pronta llegada de una empresa de la India o de China Continental, que producto de la firma de una contrato oficial, se inice la instalación de una compañía de ensamblaje de automóviles utilitarios para el uso oficial del Estado, venta al mercado local, y exportar a los países vecinos, con el beneficio de reducir drásticamente la demanda de divisas para la importación de automóviles; crear nuevos puestos de trabajo; adquirir tecnología de punta y el “know how” de la metal mecánica; reducir el consumo de combustibles fósiles, entre otros beneficios.

Que aprovechando la antiquisima oferta de los chinos y vientnamitas de instalar compañias ensambladoras de autobuses para satisfacer la demanda de los vehiculos del sistema de transporte colectivo, lo que reduciría cientos de miles de dolares el precio de compra de unidades de autobuses para tales fines.

Tambien albergamos la esperanza de retomar la oferta de los brasileños que data de mas de 10 años, cuando ofertó la instalacion de empresas productoras de gashol a partir del cultivo de la caña, para enfrentar los altos costos de los combustibles.

Eso sí, que no sea la acostumbrada promesa del discurso florido leonelista.

Otra noticia que nos alegraría sería el anuncio de la instalación de una empresa para ensamblar equipos de labranza para la producción agrícola, tractores, arados, combinadas, sistemas de riego de tecnología de punta, laboratorio de investigación y tecnología aplicada, y otros tantos recursos que esta aldea desconoce.

Los asiáticos y los europeos han desarrollado la tecnología de producción de energía renovable al extremo que la han hecho una simbiosis entre la construcción de infraestructuras de viviendas y comerciales con paneles fotovoltaicos al extremos de que ventanas, techos y paredes exteriores son hechas de los mismos paneles solares que generan la energía eléctrica para el consumo de sus habitantes.

Ha sido tan exitoso, que existen asentamientos humanos cuya única fuente de energía es la solar, y la optimización de la tecnología les permite reciclar todos los desechos sólidos y utilizar el agua producto de las lluvias.

Quiera Dios que un día el Presidente aterrice su sueño de un ”Nueva York chiquito” y lo valide explotando la producción económica de las empresas de familia, las mipymes, como lo han hecho los norteamericanos, ya que la producción económica de su sociedad descansa en las micro y pequeñas empresas, por lo que los gobiernos municipales, estatales y el federal planifican y presupuestan de manera infalible, la operación de ese medio productivo.

Confiamos que siga siendo cierto aquello de que “nada es completamente malo, ni completamente bueno”.

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