viernes, 20 de agosto de 2010

¡Otro miembro de la Pandilla!

El mega ministro de Salud que los molondrones proclaman a mandíbulas batientes, se le acaba de ver el refajo, después de televisar el programa de Nuria, el sábado 28 de marzo, en el que se presentan las pruebas de una acto de conspiración que viola la Constitución de la República en su Artículo 102 al beneficiar a sus hermanos, familiares, y lógicamente, a su persona otorgándole un contrato grado a grado, valiéndose de su función como Ministro del Gobierno Central.

La conspiración consiste en la creación de un seguro de vida obligatorio por el que a la totalidad de empleados fijos y contratados se le retiene 50 pesos mensuales, no obstante la existencia por ley de una retención para la AFP y al INAVI. Lo primero es que los empleados no son consultados, ni conocen los detalles del referido seguro.

Lo segundo y mas grave aun, es que el seguro está registrado como propiedad de los hermanos del Ministro, donde figura una hermana de reconocida experiencia en el mundo del seguro como Administradora General, además de hermanos cuñados, y demás familiares, como empleados, bajo el nombre de Seguros Meta, registrada como corredora de seguros, no como aseguradora, por lo que debe incorporar a los asegurados en una empresa acreditada como aseguradora, ya que para estos fines, se deben llenar requisitos mas exigentes que garanticen el cumplimiento de los servicios ofertados. Especialmente, la disponibilidad de fondos y fianzas que garanticen las expectativas de los asegurados.

De acuerdo a lo investigado y comprobado, los empleado aportan mensualmente, algo mas de 2 millones, 600 mil pesos mensuales, que al año ascienden a 31,200,000 pesos, los que en dos años de operación llevan mas de 62 millones recaudados. Cabe destacar que el pago por muerte es de 50,000 pesos, aunque la recepcionista de la empresa informó que este era de apenas 30,000 pesos.

Como no existe un mecanismo de información, ni se le informa a los empleados al momento de contratarlos, la mayoría desconoce de este beneficio, sucediéndose ocasiones de empleados que han fallecido y sus familiares no han sido beneficiados con este pirrico aporte.

Total, el objetivo de este seguro no es beneficiar a los empleados, sino el de beneficiar a la honorable familia Rojas, aunque esto sea un acto delincuencial.

Vistos los datos, es muy simplista la defensa del Dr. Rojas Gómez al alegar que él encontró el contrato y que se limitó a renovarlo.

En primer lugar, confirma la incapacidad gerencial del Ministro de Salud, porque un gerente debe implementar todos los correctivos que hagan productiva y confiable su gestión. Además, es anti ético, inmoral, y violador del mandato constitucional que responsabiliza a los funcionarios públicos de administrar el Estado con eficiencia, sin prevaricar ni favorecer a individuos.

Cabe destacar que para la fecha de inicio del contrato, la ley de Seguridad Social apenas se aprobaba por lo que se entiende la iniciativa de los gremios de agenciarse los beneficios de un seguro de vida.

Sin embargo, el Ministro es responsable del engaño y violación a la ley por mantener vigente el referido contrato. En primer lugar, porque esa corredora de seguro no podía retener las primas para servir como aseguradora; en segundo lugar, no se consultó a los empleados, con el agravante de que muchos desconocen de los detalles de este servicio.

Sería importante conocer cuántos meses tiene el Ministerio de atraso, habida cuenta de que los ministros son muy tímidos para cumplir contratos de pagos, aunque raudos para violar leyes.

Mas aun, se ve venir la demanda en devolución del dinero retenido de manera ilegal, mas pago por el uso del dinero al no ser entregado a la entidad que la ley establece como responsable de servir el servicio contratado.

Por lo que tanto el Colegio Dominicano de Médicos, y los gremios del personal de apoyo del sector salud, en cualquier momento podrían entablar una demanda por los daños y perjuicios causados.

En sus declaraciones, el Dr. Rojas fue enfático al dar las declaraciones y dar por cerrado el caso, sin embargo, puede ser que él desconozca que en una sociedad de derecho, el autocratismo no es viable, no está en él la decisión sobre los procedimientos en casos de sospecha de prevaricación, o violación de la ley.

La complicidad de esta sociedad apresura a muchos genuflexos. No se cuestiona la seriedad de nadie, se cuestiona el comportamiento, y resulta y viene a ser, que aquí cada quien tiene su culpable favorito, o su impoluto favorito.
¡Esto es a’sigún!

Que se prepare para dar muchas explicaciones, presentar muchos papeles, y hasta jurar ante un Cristo crucificado.


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