viernes, 20 de agosto de 2010

¡Hay que tener estomago!

Este es un gobierno corrupto. No se usted, pero yo no quiero ser corrupto, por eso no apoyo el robo, ni el narcotráfico, tampoco las agresiones personales, ni las botellas.

Si usted recibe beneficios del gobierno, lo comprendería, aunque no esté de acuerdo con su criterio, todo dependen la calidad de educación materna, y nuestra auto estima.

Si usted tocó algo de los 130 millones de la Sunland, o de los 22 millones de dólares del préstamo para las viviendas de maestros que se esfumaron, entiendo su defensa al peledeísmo.

Si usted cobra en la nominilla del Indrhi; de la Lotería; del Inespre; de la CDEEE; de Indotel; o en una de las Secretarías de Estado, comprendo su necesidad de comer sin importar los valores morales, usted dirá que primero es sobrevivir, ¿Verdad?

Si su declaración jurada se parece a las de los funcionarios, legisladores, y jefes policiales, que proviniendo de barrios, campos y cuarterías, pueden declarar fortunas millonarias, sin importar que nunca han sido inversionistas, ni comerciantes, ni industriales, sino simples asalariados en esta economía tercermundista, en donde el 80% de los dominicanos gana por debajo de 400 mil pesos anuales, usted tiene toda la razón de ser peledeísta.

Desde luego, me imagino que usted, al igual que sus compañeros, se surte en Miami, compra por catálogo, tiene tarjeta sin limite para gasolina, tarjeta de crédito pagada por una institución del Estado, tiene oficiales al servicio de la familia, y sus fines de semanas en los resorts del país cubiertos por la dichosa tarjetita de crédito.

Si es as: ¡Que le aproveche!


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