domingo, 8 de agosto de 2010

Una idea no muy bien madurada

La propuesta del Ministerio de Interior y Policía sobre el control de la venta de bebidas alcohólicas da la impresión de que se publicitó antes de tiempo, que no se consideraron los escenarios que un planificador especialista en materia de formulación de leyes toma en consideración en propuesta tan controversial como la referida.

De acuerdo a la Constitución, el Ministerio de Interior y Policía no tiene facultad de proponer proyectos de ley, y en dado caso como parte del Poder Ejecutivo, debe presentar el ante proyecto al Ejecutivo para que sea éste el que lo llevare a la sociedad y finalmente, presentarlo como iniciativa propia.

Esta propuesta del Ministerio de Interior y Policía pretende controlar el expendio de bebidas alcohólicas en colmados, colmadones, centros nocturnos, y otras diversidades de negocios que acostumbran vender este tipo de producto.

El principal argumento es el de prevenir actos de violencia, accidentes automovilísticos etc.

Muchos citan ejemplos de estas medidas, como los casos de ciudades de los Estados Unidos, olvidando que son dos sociedades completamente distintas, ya que ni como forma de vida ni asentamientos humanos se parecen. Debemos recordar que el origen de los Estados Unidos fue el deseo de ingleses y holandeses disfrutar de la libertad de culto y poder practicar su religión protestante, y que es la forma de vida de los cristianos, la vida sana y ausente de vicios que ha hecho posible que en los Estados Unidos esté entronizado el cumplimiento de la ley que regula la venta y consumo de bebidas alcohólicas.

Recordemos, que al principio, los americanos trataron de imponer la llamada “Ley Seca” porque prohibía completamente la venta y consumo de whisky y cervezas, que no obstante su sólida formación religiosa, se hizo imposible, teniendo que legalizar su comercio, pero bajo un régimen riguroso de control de su uso.

Puerto Rico, una sociedad muy parecida a la dominicana, sus ciudadanos son famosos en el consumo de alcohol, sus paradores, bares formales e informales, los acostumbrados puntos cerveceros después del trabajo, sus fiestas patronales, las “descargas” famosas en las esquinas de sus barrios populares como Río Piedras, Tras Talleres, Jurutungo, Cuatro Calles, y las costas del oeste, reeditan las mismas costumbres del consumo de ron, whisky y cerveza de los dominicanos. Es característica intrínseca de nuestra cultura caribeña.

Igual costumbre de consumo al aire libre se sucede en la Zona Rosa, y Plaza Garibaldi, de México; o en los Parques de Comercio de El Salvador, aunque bajo fuerte vigilancia en prevención por la existencia de las guerrillas; la tórrida vida nocturna y aguardientosa que se vive todas las noches en el famoso bulevar de “South Beach” en Miami; o las calles peatonizadas durante las noches de verano en Taipei, o en Tokio, que entre comidas típicas y bebidas, se disfruta de la existencia.

España regula el consumo de bebidas alcohólicas en la vía pública desde el año 2000, y todavía no ha podido aplicar la ley ya que su ambigüedad permite autorizaciones a los gobiernos locales, que por asunto de proselitismo, permite el consumo de bebidas en plazas y centros de reunión de jóvenes y adultos en calles de arraigo cultural y al desden de los ciudadanos.

Expresiones antropológicas que no se pueden borrar con una simple ley, producto de la frustración de un político imposibilitado de llegar a la presidencia de un país, dadas sus limitaciones personales.

Las medidas regulatorias deben ser viables tomando en cuenta principalmente conceptos antropológicos y sociales. Políticos destacados de Norteamérica han perdido su carrera política por devaneos extramaritales, lo que en nuestra sociedad se considera intrascendente, y hasta un merito en honor al machismo.
Los norteamericanos persiguen la pelea de gallos, y no han podido prohibirlo en su estado dependiente, Puerto Rico; varios estados norteamericanos castigan legalmente el concubinato, y en nuestro país tiene los mismos derechos que da el matrimonio entre parejas.

La esencia de la libertad es el derecho a la libre elección que tiene el ciudadano, en el ámbito de convivencia de una sociedad que por medio al consenso, entre bienes, servicios y deberes que signifiquen el diario vivir, y la calidad de vida de cada uno se sus integrantes, procediendo la imposición de limites para no afectar intereses de otros.

Además, son tantas las cosas sumamente importantes que hay que corregir en nuestro país, que no se justifica embarcarnos en discusiones estériles, en proyectos de leyes que a lo lejos se perciben nati-muertos, como es la separación de los poderes del Estado; el enfrentamiento a la corrupción; la violación a las leyes por los políticos en el poder; el caos en el transporte, en la venta itinerante, en la salubridad, en el transito, en la salud, en la educación y en tantos servicios vitales para la calidad humana y el desarrollo de nuestra sociedad.

Dudamos que hayan tomado en cuenta los alegres proponentes, la reducción en las ventas que van a experimentar los colmados, colmadones, y centros nocturnos y su eventual quiebra dado el escaso margen de beneficio en la venta al detalle. La desaparición de la vida nocturna vial en las calles de Boca Chica, Guayacanes, Cabarete, Salinas, el Riocon de la Vega, Juan Dolio, entre otras. La eliminación de las ventas al granel en cada fiesta al aire libre que frecuentemente se celebran en todo el territorio nacional, los lavaderos de carros, los parques deportivos. ¿Habrá considerado lo que significa cambiar tan radicalmente la forma de vida de los dominicanos, afectar el espíritu alegre, festivo, parlanchín del dominicano?

¿Cuántos dominicanos perderán sus empleos ante esta reducción de las ventas, y cuantos negocios quebrarán al no poder compensar las bajas ventas de arroz y habichuelas con el consumo de ron y cerveza?

Y más importante aun, ¿Cuánto dejará de percibir el fisco cuando empresas productoras de ron y cervezas experimenten tan dramática baja en sus ventas? ¿Cuántos empleados de esas fabricas serán enviados a su casa por falta de demanda de los productos que fabrican?

Después de pensar en el grueso de los afectados, consideremos los servicios colaterales de las actividades festivas, como los productores de vasos, servilletas, letreros de vinyl, pintores, equipos de audio y disco Light, servicios de seguridad privada, buhoneros, vendedores de comida informales, salones de bellezas, conchos, taxis, y moto conchos, etc.

La ley del mínimo esfuerzo se repite en el Ministerio de Interior, una vez mas pretenden encerrar al ciudadano en vez de hacer su trabajo de vigilar y hacer cumplir las leyes. No es justo que pagando el cuerpo policial mas grande, relativamente, de la región, también tengamos que sacrificarnos para que los predestinados vivan bien a expensas de nuestros tributos.

La percepción de muchos dominicanos es que no existe una política de Estado para garantizar la seguridad ciudadana y la lucha contra las violaciones a los derechos fundamentales de la convivencia de los dominicanos.
No se visualiza una planificación que establezca objetivos alcanzables en el tiempo, ni el trabajo de campo de las autoridades responsables del orden publico. Se evidencian actuaciones coyunturales sobre los eventos, más no la utilización de técnicas actualizadas en materia de inteligencia para prevenir delitos.

La propuesta es simpatica de inicio, se justifica por el caos y la desesperación del ciudadano al sentirse impotente ante la lucura colectiva que se vive en una sociedad sin control, y bajo las directrices de oportunistas que se mueven de acuerdo al son que le tocan, y ante una panoramica a los jevitos de la Lincoln, a la Venezuela del Ensanche Ozama, o a la Juan de Morfa de Villa Consuelo, cualquiera vende su alma, aunque después le pese. Esa ley no es la solucion.

Antes que una ley que afecta el derecho a la libre elección y al libre mercado, el Ministro debiera preocuparse por crear y poner en ejecución:

• La Policía Comunitaria, para que los efectivos policiales caminen y patrullen todos los barrios y zonas rurales del país.

• Los cuerpos de investigación criminal para la detección de delitos premeditados, grupos delincuenciales organizados, y trafico de influencia que contaminen los órganos del Estado.

• Crear una plataforma que permita el uso de los datos del Padrón Electoral, del Registro de Vehículos de Motor, de la Procuraduría General de la Nación, para desarrollar un banco de datos que permita el registro de la vida en sociedad de todos los mayores de edad, complementado con otra fuente adicional, Migración y Chancillería, para el registro de extranjeros.

• Una Policía de Policías, conocida como Asuntos Internos, que haga posible el control de la criminalidad legalizada que mancha la gestiones de los policías que arriesgan sus vidas en su vocación de servicio.

• Enmendar el protocolo que rige la actuación policial en la persecución y prevención de crímenes y delitos, y hacerlo cumplir para el beneficio de los agentes policiales y del ciudadano contribuyente. Como por ejemplo, prohibir disparar en casos de que no fuera en defensa propia, por lo que disparos en la parte trasera del cuerpo humano se considera un crimen cometido por el agente policial o militar.

• La eliminación del uso parasitario de efectivos policiales asignados a Oficiales Superiores y su parafernalia de inseguridad y culpa; Comerciantes; Instituciones del Estado, que en una oportunidad llegó a superar el por ciento de los disponibles en los cuarteles; ya que tenemos una matrícula de efectivos policiales superior a la de la Ciudad de Nueva York.

• El diseño de una Escala Salarial que elimine la injusticia y la falsedad de los beneficios salariales que reciben los miembros del cuerpo policial.

Huelga decir que debe ser prioridad de las autoridades, hacer cumplir la ley sobre el consumo de bebida mientras se maneja un vehiculo de motor, si consideramos la existencia de “Drive Through” que consiste en la venta de bebidas alcohólicas a conductores de vehículos sin la necesidad de que los compradores se desmonten de sus vehículos, y que decir de la venta de cervezas en estaciones de expendio de combustibles y lavaderos de carros.

Barrios ya famosos como el Ensanche Ozama y su avenida Venezuela, Alma Rosa y la San Vicente de Paúl, o Villa Consuelo y sus “Liquor Stores” que no necesitan de mobiliario ya que los parroquianos ocupan aceras, calles y contenes, mantienen en vilo las comunidades locales y los transeúntes, y no obstante la ley, las protestas, las balaceras, pleitos y rebuces, Interior y Policía no toma acción como responsable de la política oficial de la seguridad publica. Mas aun, esta sí es una función obligada de ese ministerio, por lo que el deterioro de la calidad de vida en el crecimiento del raterismo, la delincuencia y la alteración al orden publico es responsabilidad de quien debiendo castigarlas, no cumple con su deber, por lo que antes que nada, la violencia que nos abate es culpa de las autoridades por su incapacidad preventiva.

Existe una regulación de horario para el funcionamiento de centros nocturnos en cuanto el cual solamente se impone a colmadones de barrios, propiedad de dominicanos que no cuentan con el apoyo de oficiales policiales, o que no cumplen con el “peaje” que deben dar para disfrutar de la vista gorda de los operativos.

Tanto en el romodromo de la avenida Venezuela, el de los "jevitos de la Lincoln" o en los excluyentes de Naco, no se impone la fueza policial en cuanto al mantenimiento del orden o del cumplimiento de la hora de cierre. Recordemos que vivimos en un pais con dos dimensiones distintas, la de los que saben conceptualizar y la de los que no saben conceptualizar; la de los "mal comi'os" que no piensan y la de los genios que piensan; la de los pobres y la de los que pagan.

Seguro que las autoridades de Interior y Policía piensan que los asistentes a las discotecas de ricos y pobres; los que abarrotan clubes sociales en la celebración de fiestas a bajo costos, y espectáculos en salas de baile, se conformarán con consumir agua de coco o frío-frío.

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